Carles Sierra

Carles Sierra

Carles Sierra es Profesor de Investigación y Director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Cuéntanos lo que quieras sobre ti y tu trabajo.

Me dedico a investigar en inteligencia artificial. Estudié informática en mis años universitarios, y mientras estaba estudiando la carrera y empecé a interesarme por esta temática tan apasionante. No he dejado de trabajar en inteligente artificial desde entonces.

De hecho, empecé mi tesis doctoral mientras estaba acabando la carrera bajo la supervisión de Ramon López de Màntaras. Seguí a Ramon Lopez de Mantaras en la creación del primer grupo de investigación en inteligente artificial de España, que lo fue como un grupo dentro del centro de estudios avanzados de Blanes en 1985. Desde entonces he continuado mi carrera dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Actualmente soy el director del Instituto de investigación en inteligencia artificial, un centro del CSIC, de lo que estoy tremendamente orgulloso. En este instituto hay un grupo de investigadores de muy alto nivel apasionados por el trabajo que hacen y estoy encantado de ayudar a que el instituto sea más potente, mejore continuamente y sea más atractivo para los jóvenes investigadores.

La línea de investigación en la que estoy trabajando actualmente consiste en intentar que los sistemas de inteligente artificial entiendan cuándo un comportamiento es ético. No es suficiente con que diseñemos los sistemas de inteligente artificial desde una perspectiva ética, se hace necesario que los propios sistemas entiendan y sean conscientes de cuáles son las consecuencias de sus actos y así puedan analizar si esas consecuencias son aceptables o no según los valores sociales con los que nos regimos. Esta ingeniería de valores necesita responder a preguntas de cómo representar los valores sociales, cómo convertirlos en elementos computacionales, cómo representar las normas que permitan satisfacer esos valores, y cómo hacer que el carácter dinámico y evolutivo de los valores y las normas pueda ser tenido en cuenta por los sistemas de inteligencia artificial.

¿Cuál es tu relación con España/Bélgica?

España es el país donde he desarrollado mi actividad investigadora. Excepto algunos periodos de estancias de sabático que he hecho en el Reino Unido y en Australia la inmensa mayoría de mi tiempo lo he dedicado a la investigación en España. Y Bélgica representa para mí lo que es: la capital de Europa, donde los comités europeos se reúnen, donde se realizan las evaluaciones de los proyectos europeos, donde muchas veces se revisan proyectos europeos. Por tanto, dada mi actividad, los viajes a Bruselas son súper frecuentes, conozco Bruselas mucho mejor que otras ciudades de mi entorno geográfico inmediato.

¿Un lugar especial en Bélgica?

Mi conocimiento de Bélgica es limitado porque, como decía antes, se reduce a numerosas visitas a la ciudad de Bruselas, generalmente por razones de gestión de la ciencia. Conozco un poco Ghent y un poco Bruges, no mucho más. Y de lo que conozco de Bruselas y a riesgo de caer en el tópico yo destacaría la gran plaza de Bruselas, es un espacio fascinante, cada vez que vengo a la ciudad intento escaparme a envolverme de la plaza y a lo mejor tomar una cerveza o comer en un restaurante cercano. Es una plaza que te atrae, que te subyuga, no puedes dejar de admirar los edificios, realmente una belleza única.

¿Un lugar especial en España?

El Palau de la Música Catalana de Barcelona. Es modernismo en estado puro. Recuerdo que la primera vez que entré se me puso la piel de gallina. Esa sensación perduró en visitas sucesivas, aunque fue disminuyendo de intensidad por la habituación. Ahora disfruto cuando llevo a alguien que no ha estado nunca y revivo en ella o en él la sensación que tuve la primera vez. Es una visita obligada para alguien que visite Barcelona, un concierto en el Palau.

¿Una canción?

L’estaca, de Lluís Llach. Compuesta en plena dictadura franquista llama a la unidad de acción para conseguir los objetivos colectivos, es muy potente y emotiva. Me gusta por el momento en que surge, por su persistencia en el tiempo, porque se ha traducido a más de cincuenta idiomas y porque se ha convertido en un himno para oprimidos y desposeídos.

¿Una obra de arte?

El Jardín de las Delicias de El Bosco. Es de una imaginación desbordante que te deja literalmente clavado delante de cuadro observando sus infinitos detalles. Es Dalí hace 500 años, con una riqueza onírica impresionante. El tránsito del paraíso al infierno, de la vida a la muerte. En algún viaje a Madrid en el que me quedaba media hora muerta antes de ir a Atocha he entrado en El Prado simplemente a contemplar ese cuadro durante unos minutos. Me fascina.

Por cierto, El Bosco nació en el Ducado de Brabante que cubría buena parte de la Bélgica actual.

¿Un libro?

Écume des jours de Boris Vian. Creo que es el libro de amor más bonito que se ha escrito, en un mundo absurdo como el que describe Vian el amor hace superar todos los obstáculos imaginables. Además, lo leí en francés y para mi fue un gran reto leer literatura del absurdo en un idioma no materno. Os lo recomiendo encarecidamente.

¿Un hito científico?

Para mí el momento en que se plantea la teoría de la evolución en el siglo XIX por Charles Darwin seguramente en el momento más relevante en la ciencia moderna. Puso al hombre en su justo lugar, como una especie más dentro de una secuencia de ellas que evolucionan bajo la selección del medio, dando la estocada definitiva a planteamientos religiosos que ponían al hombre como centro del universo. A partir de Darwin, la única manera de alcanzar la verdad pasa a ser a través del método científico.

Sin esta tecnología, no podría vivir…

A ver, tenemos tantísimas desde básicas a sofisticadas que es difícil elegir, la escritura, el fuego, la rueda, Internet, … usamos tecnología para todo lo que hacemos. Si tuviera que elegir una reciente sería Google Maps. Todavía recuerdo el estrés de circular mirando mapas, con el peligro que eso representaba, y los errores que se cometían, por no hablar de la poca optimalidad de los recorridos. Creo que no podría vivir sin Google Maps.

Cuando me despierto, mi primer pensamiento es…

…preguntarme, a qué hora tengo la primera reunión? Dependiendo de la respuesta, hago más o menos el remolón.

  • Ciencia
  • Bruselas
  • Publicado el 27 de enero 2023

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Barcelona