Esteban Murillo
Entrevistamos a Esteban Murillo, cantaor belgoespañol de flamenco.
Cuéntanos lo que quieras sobre ti y tu trabajo:
Soy Esteban Murillo, tengo 25 años y nací en Charleroi. Desde muy joven me he dejado mecer por el flamenco al son de las guitarras de mis tíos y del cante de mi abuelo materno, Paco Murillo, un gran aficionado que dejó su Andalucía natal para venir a Bélgica a trabajar en las minas.
Hoy, vivo, como y duermo flamenco. Estos últimos diez años han sido ricos en encuentros, colaboraciones, viajes... Estas experiencias me han enseñado mucho sobre mí mismo y mi percepción del flamenco. A principios de 2022 saldrá a la venta mi nuevo disco, Poeta, un universo poético donde el público podrá redescubrir el flamenco de otra forma y, sobre todo, redescubrirme a mí... ¡No os cuento más!
¿Cuál es su relación con España / Bélgica?
Para mí, España es una parte importante de mi historia. Es una cultura, una lengua, una fuente de inspiración a la que estoy profundamente ligado. Bélgica es toda mi vida. Aquí crecí, descubrí el flamenco y pude desarrollarme personal y profesionalmente. También tengo una relación especial con el público belga, al que intento dar a conocer el poderoso arte del flamenco desde hace muchos años.
¿Un lugar especial en España?
Sevilla, Sevilla... Porque sus calles respiran flamenco, porque son en cierto modo la síntesis de la Andalucía de mis orígenes, porque me encanta pasear por ellas y sentir que su historia me invade.
¿Algún lugar especial en Bélgica?
Bruselas, por supuesto. Es donde pude desplegar realmente mis alas como artista y conocer a personas increíbles que siempre quedarán grabadas en mi memoria.
¿Una canción?
La leyenda del tiempo, interpretada por el gran Camarón de la Isla.
¿Una obra de arte?
Guernica, de Pablo Picasso.
¿Un libro?
Poema del cante jondo, de Federico García Lorca.
¿Un hito científico?
Los libros de Érase una vez..., que realmente me impactaron.
Sin esta tecnología, no podría vivir...
Sin mi ordenador me sería difícil vivir: los correos electrónicos, los programas de grabación, pero, sobre todo, la agenda (¡que compensa mi pésima memoria!).
Cuando me despierto, mi primer pensamiento es...
Depende del día, pero por lo general me pregunto, y seguro que no soy el único que lo hace: ¿cómo será este día?