Eva Chamizo
Eva Chamizo es Directora de Asuntos Europeos de Iberdrola.
Cuéntanos lo que quieras sobre ti y tu trabajo. ¿Cuál es tu relación con España / Bélgica?
Cuando España se adhirió a la entonces Comunidad Económica Europea, yo era una adolescente totalmente convencida del proyecto europeo, y desde siempre tuve interés en participar en el mismo. Por eso, cuando, hace 20 años, me propusieron ocupar la plaza de Abogado del Estado que se creaba en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea, no lo dudé.
Desde entonces, ni la lluvia ni la falta de luz me han hecho dudar de que estaba donde más me apetecía trabajar y vivir, y cuando me propuse un cambio profesional tuve clarísimo que quería quedarme en Bélgica, donde sigo en mis actuales funciones, intentando promover a nivel europeo las energías renovables y la lucha contra el cambio climático.
De modo que mantengo una relación muy intensa tanto con España, a nivel personal y profesional, como con Bélgica, donde encuentro que la calidad de vida, el entorno y la amabilidad de la gente son extraordinarios.
¿Un lugar especial en Bélgica? ¿Un lugar especial en España?
En Bélgica: la Forêt de Soignes, que cambia de aspecto y de color con cada estación. En España: la Alta Garrotxa, donde, igualmente, la naturaleza es soberbia.
¿Una canción?
Un cuarteto para cuerda: La Muerte y la Doncella de Schubert.
¿Una película?
Charada, de Stanley Donen, que me pone de buen humor cada vez que la veo.
¿Un libro?
Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuściński, que me animó a leer la Historia de Heródoto y a ver que es necesario siempre buscar los distintos puntos de vista, para intentar aproximarse a la realidad.
¿Un espectáculo?
Un ballet: la Consagración de la Primavera de Maurice Bejart.
¿Una obra plástica?
La Primavera de Boticelli. Aconsejo ir a verlo en la sesión nocturna de la galería de los Uffizi, la sala está vacía.
¿Un hito científico?
El descubrimiento del Bosson de Higgs, en cuyo equipo de investigación participó mi hermana cuando trabajaba en el CERN y por el que recibió el premio Nobel mi vecino, François Englert.
Sin esta tecnología, no podría vivir...
Por el momento ninguna.
Cuando me despierto, mi primer pensamiento es…
¡Café!